La investigación del triple homicidio que costó la vida al fotógrafo Eduardo Cruz-Coke y sus dos hijos de 17 años en la comuna de La Reina avanza con nuevas aristas. Hasta ahora, el único imputado que ha enfrentado a la justicia es su cuñado, Jorge Ugalde, esposo de su hermana Trinidad, quien permanece en prisión preventiva como supuesto autor material del crimen. No obstante, la Fiscalía de Chile no descarta la participación de terceros y ha puesto su mirada en la propia hermana de Eduardo.
Entre los hechos que generan recelo figura el hecho de que Trinidad Cruz‑Coke abandonara Santiago el día del asesinato y no asistiera al funeral de sus sobrinos, lo que ha encendido las sospechas de los investigadores. A este escenario se suma el testimonio de Carolina, exesposa de Eduardo y madre de los menores, que reveló que existía desconfianza en el matrimonio investigado. Según ella, hacía un tiempo el fotógrafo habría sufrido un intento de envenenamiento, lo cual sembró dudas profundas respecto a las verdaderas intenciones de Trinidad y Jorge.
En su relato, Carolina apuntó al móvil patrimonial: “Eduardo se rehusaba a creer que su hermana haya sido capaz de envenenarlo, pero sí le tomó desconfianza”, explicó. Y añadió: “Conversamos que Trinidad lo pudo haber hecho con el fin de quedarse con la herencia familiar, ya que ellos dos eran los únicos herederos”. Estas declaraciones refuerzan la hipótesis de que detrás del crimen habría un conflicto de bienes y exclusión dentro de la sociedad familiar.
El testimonio también da cuenta de una estrategia de aislamiento: “Desde que conozco a Eduardo, su hermana y su esposo siempre quisieron dejarlo fuera de todo”. Y añadió: “Aprovecharon mi divorcio con Eduardo para sacarlo de la sociedad familiar que tenían ellos tres, diciéndole que yo le iba a quitar todo”.